miércoles, 24 de julio de 2019

Mi experiencia como preparador de oposiciones

Tras varias convocatorias como interino, el pasado 2017 al fin, pude obtener la plaza por Educación Física.

Todo ese tiempo preparándome, realizando materiales, buscando artículos, realizando supuestos diferentes, probando y probando formas de exponer mi trabajo... que al "pasar al otro lado" pensé en empezar a preparar oposiciones para poder ofrecer todo ese material y experiencia a otros maestros y que no quedara en saco roto.

Fuente: pixabay.com

Al tomar la decisión, quería hacerlo con respaldo legal, bajo el paraguas de una academia. Felizmente encontré una que se adaptaba a mis pretensiones dado que me daban libertad absoluta en el grupo de Educación Física y podía utilizar todo mi material, ese que había estando creando y actualizando los últimos años y del que tan orgulloso estaba.

Durante el curso, las clases eran amenas, la participación era muy elevada, aprendimos todos de todos, generamos buenos recursos y lo más importante, creamos un grupo humano maravilloso en el que compartir era inherente al trabajo diario.

En el mes de junio, todos los opositores estaban muy contentos con la formación recibida, reconociendo que han aprendido muchos recursos para llevar en su día a día e incluso alguno "había mejorado como docente". Eso para mí es lo más grande a lo que podía aspirar tras unos meses de clases.

Sin embargo, llegó el día D a la hora H. Todos sabíamos que daba igual lo que hubiéramos mejorado nuestra competencia docente si luego no aprobaban la fase de oposición. Todo es cuantificable y la eficacia de mi trabajo se podría valorar únicamente por el número de aprobados.

La mañana del examen fue dura, con nervios, esperando las impresiones de los opositores. Mucha sensación de responsabilidad.

Por suerte, buenas sensaciones en general. Un respiro.

Después, el día de las notas. Todos comentando sus notas, compartiendo la alegría y cada aprobado como si fuera propio. Orgullo.

A continuación, la segunda parte, las exposiciones orales. Es una parte que personalmente me gusta mucho. Aquí podemos demostrar lo que sabemos y podemos defender con argumentos nuestro trabajo en la programación, es el momento de lucirse. En general, la gente sale contenta, si bien es verdad que hay algunos con malas sensaciones. Preocupación.

El día más importante está a punto de llegar, las notas de la segunda parte. Esas notas van a significar que algunos se saquen la plaza, que otros puedan optar a vacante y que los noveles empiecen a trabajar. Nervios, muchos.

Con las notas, hay de todo, muchísima alegría con los que han sacado altas calificaciones y sobre todo con los que saben que con esa nota les supone sacarse la plaza. Sin embargo, tristeza por la gente que no había aprobado, por esa gente que podría haberse sacado una plaza, que yo pensaba que estaban preparados y que van a tener que esperar a la siguiente convocatoria. Sensación de fracaso personal por los que empiezan esta carrera tan dura y van a ver reducidas sus posibilidades de empezar a trabajar, de lo que llevamos todo el año hablando.

Posteriormente, con la distancia que da el tiempo y tras hablar con cada uno de los opositores, va desapareciendo el malestar y fui capaz de ver todo lo positivo (un 24% de los alumnos han obtenido plaza) y valorar lo negativo para poder mejorarlo de cara a las próximas oposiciones. Finalmente, tras todo el proceso, puedo sacar dos conclusiones:

- Mi sensación de responsabilidad ha sido enorme durante todo el año, lo que ha hecho que me esforzara tremendamente para que cada clase fuera amena y práctica y que todos mejoraran sus competencias docentes (no solamente como opositores).

- En el futuro seguiré preparando, seguro. Me fascina poder compaginar mi tarea como docente por las mañanas con el trabajo con opositores. El hecho de trabajar con adultos es ilusionante. Me fascina compartir charlas con personas implicadas en la educación pública con intereses comunes pero diferentes perspectivas y opiniones.

Con esta entrada, simplemente quería compartir mi experiencia. Supongo que ese baile de sensaciones y emociones ha sido fruto de ser mi primera vez como preparador y de mi autoexigencia.  En ocasiones, la labor de preparación se hace a la ligera sin tener en cuenta todo lo que puede significar para los opositores. Dicho esto, me encantaría conocer la opinión de otros compañeros preparadores para poder conocer otros puntos de vista, así que si eres preparador y me estás leyendo, anímate a compartir tu experiencia.

Nos leemos pronto.